El 21 de Octubre del 2025 (hace un par de días) Open AI anuncia el lanzamiento de este nuevo navegador llamado ChatGPT ATLAS tras un acuerdo con Google en Junio de este mismo año.
Aunque parezcan noticias no relacionadas, creo que sienta un precedente sin igual, en el que 2 empresas que se consideran «competidores» se sientan t terminan con un acuerdo millonario y de repercusiones tremendas y desconocidas.
Hagamos resumen:
Un acuerdo que va más allá del dato.
El anuncio del acuerdo entre OpenAI y Google Cloud se ha presentado oficialmente como una colaboración técnica de infraestructura, pero el alcance real podría ser más profundo.
Cuando dos compañías de esta magnitud —con modelos de negocio basados en el tratamiento masivo de información— deciden compartir recursos, el intercambio no se limita a servidores y ancho de banda.
Las fuentes oficiales hablan de computación distribuida, optimización de costes y sostenibilidad energética. Pero, detrás de esos términos, pueden existir cláusulas estratégicas sobre acceso a datos, modelos y patrones de uso que no se han hecho públicos.
En mi casa se decía, «piensa mal, y acertarás» y conociendo que estos gigantes no dan pasos en falsos, intentaré adivinar algunos acuerdos no públicos de este gran anuncio.
¿Podría Google tener acceso a datos de OpenAI?
En teoría, no debería.
OpenAI mantiene un modelo de compartimentación de datos: el contenido generado por los usuarios (conversaciones, prompts o adjuntos) no se comparte con terceros a menos que haya consentimiento explícito. Sin embargo, en un acuerdo de infraestructura tan amplio, el límite entre “procesar” y “almacenar” no siempre queda del todo claro.
Si parte del procesamiento de ChatGPT se realiza en centros de datos de Google Cloud, es razonable pensar que:
- Google podría ver metadatos técnicos (por ejemplo, volumen de consultas, tiempos de inferencia, carga de GPU, localización de tráfico).
- Pero no debería tener acceso semántico al contenido textual generado o recibido por los usuarios, ya que OpenAI lo cifra y gestiona internamente mediante sus propios sistemas de seguridad.
Aun así, el simple hecho de que las conversaciones pasen por la infraestructura de Google abre un debate sobre la soberanía de los datos y quién controla realmente la trazabilidad de la información en la nube.
¿Qué gana Google además del contrato?
Más allá del ingreso directo por alojamiento, Google obtiene información de alto valor estratégico:
- Benchmark técnico: puede observar cómo se comporta uno de los modelos más avanzados del mundo sobre su hardware y optimizar su propio modelo Gemini a partir de esos aprendizajes indirectos.
- Datos de uso global: aunque no acceda al contenido, puede inferir patrones de tráfico, horarios de uso, picos de demanda y cargas de inferencia, información crucial para calibrar su negocio de IA generativa.
- Relación diplomática: este acuerdo abre un canal directo entre los equipos de ingeniería de OpenAI y Google DeepMind, dos de los grupos más influyentes en la historia reciente de la inteligencia artificial.
En otras palabras, Google no solo alquila infraestructura: esta adquiriendo una alianza importante aunque por otro lado, también tenemos el lanzamiento del nuevo navegador anunciado hace 2 días por parte de OpenAI, ChatGPT Atlas.
¿Y que pasa con Microsoft en el acuerdo Open AI/Google?
Tomando en cuenta que Microsoft posee prácticamente la 4ta parte de OpenAI, es necesario pensar en las repercusiones que este tipo de alianzas pueden llegar a tener, ya que con esta alianza, no solo se refuerza Google, sino que también se redefine la posición de Microsoft.
.

Fuente: https://www.digitalinformationworld.com/2025/09/who-really-owns-openai-billion-dollar.html
Hasta ahora, OpenAI era prácticamente un satélite de Azure, con contratos exclusivos de infraestructura y co-desarrollo de producto (Copilot, GPT-4 Turbo, etc.). Al incorporar Google Cloud, OpenAI rompe el monopolio técnico de Microsoft, gana autonomía y envía un mensaje claro de independencia:
ningún gigante controlará su crecimiento por completo.
Por su parte, desde mi punto de vista, Google también juega una carta diplomática: prefiere tener a OpenAI parcialmente cerca que completamente aliada con su competidor directo.
«Keep your friends close, and your enemies closer«
Privacidad, gobernanza y concentración de datos
El verdadero riesgo de este tipo de alianzas no está en la filtración de datos, sino en la concentración de poder tecnológico.
Cada nuevo acuerdo entre grandes proveedores reduce el número de actores independientes capaces de sostener infraestructura de IA a escala global.
En 2025, el cómputo de IA mundial está dominado por tres nubes: Amazon AWS, Microsoft Azure y Google Cloud. Si OpenAI depende de dos de ellas, y Anthropic o Cohere dependen de las mismas, el panorama de diversidad tecnológica se estrecha peligrosamente.
A largo plazo, esto plantea una pregunta crucial:
¿Quién supervisará la neutralidad de los proveedores de nube cuando ellos mismos sean competidores en el desarrollo de modelos de IA?
Puntos claves del acuerdo Google/OpenAI
Aunque no se han hecho públicos los términos completos, es razonable suponer que el pacto incluye:
- Cláusulas de confidencialidad reforzadas, para impedir el uso cruzado de datos entre modelos (Gemini y GPT).
- Limitaciones de auditoría: Google no puede inspeccionar el contenido procesado por OpenAI, pero sí monitorear el rendimiento de su infraestructura.
- Acuerdos de optimización energética y carbono neutro, alineados con las políticas ESG de ambos grupos.
- Opciones preferentes de acceso a TPUs de última generación, lo que podría dar a OpenAI ventaja temporal sobre otros clientes de Google Cloud.
- Un posible marco de colaboración futura en navegación y búsqueda, que explicaría la integración de resultados de Google Search en ChatGPT Atlas.
ChatGPT Atlas: el navegador que une la búsqueda y la IA
Como ya había comentado, OpenAI presentó ChatGPT Atlas el 21 de octubre de 2025 como su primer navegador con inteligencia artificial integrada.
Este nuevo navegador, combina navegación tradicional con la potencia conversacional de ChatGPT, permitiendo al usuario leer, buscar y actuar dentro de la web sin cambiar de pestaña.
A diferencia de otros navegadores impulsados por IA, Atlas incorpora pestañas verticales de búsqueda —web, imágenes, vídeos, noticias— que redireccionan a resultados de Google, siendo una señal clara del acuerdo entre ambas compañías y dejando claro que dicho pacto va mas allá de la infraestructura.
Atlas representa el puente entre la búsqueda clásica y la conversación inteligente:
- Google indexa e interpreta la web.
- ChatGPT analiza, sintetiza y ejecuta acciones.
La sinergia es evidente: ChatGPT necesita la web de Google, y Google se beneficia de la capa de inteligencia contextual de ChatGPT.
Aunque la imagen pública los presenta como rivales, la realidad es que Google y OpenAI operan en planos distintos del mismo ecosistema:
- Google domina la infraestructura, el cómputo y la búsqueda.
- OpenAI lidera la interacción, la interpretación y la automatización inteligente.
Uno pone el músculo, el otro la mente. Y juntos, marcan el inicio de una etapa donde buscar, comprender y ejecutar se integran en un solo flujo.
En Atlas, esta simbiosis ya es visible: el usuario puede explorar sitios web, pedir explicaciones a ChatGPT, generar contenido y recibir resultados de Google, todo en una misma interfaz.
Lo que antes eran experiencias separadas —buscador, navegador, asistente— ahora convergen, algo que muchos estudios ya decían, que no son herramientas sustitutivos, sino complementarios.
Aquí te dejo enlace para el resumen de ChatGPT vs Google
Si te gustó, guarda, comenta y comparte.
Por Alexis Petit